Hablemos de benzodiacepinas: un medicamento muy consumido con gran potencial adictivo.
Un gran hallazgo médico para hacer frente a múltiples problemas de salud, especialmente de la mental. Un fármaco que puede poner en peligro la integridad y hasta la vida de una persona si no se toma de forma responsable y bajo supervisión médica.
Tabla de contenidos
¿Qué son las benzodiacepinas?
Las benzodiacepinas son un grupo de fármacos psicotrópicos. Esto significa que actúan sobre el sistema nervioso central y provocan una serie de alteraciones: del pensamiento, de los sentidos, de ánimo, de comportamiento y a nivel emocional.
Se caracterizan por ejercer cuatro efectos depresores sobre las personas:
- Hipnótico o sedante
- Ansiolítico
- Miorrelajante
- Anticonvulsivo.
También pueden provocar amnesia anterógrada.
Existe una gran variedad de benzodiacepinas y en cada una de ellas predominarán unos efectos más que otros. Esto hace que tengan múltiples aplicaciones y usos médicos (incluidos los veterinarios).
Sin embargo, también entrañan algunos riesgos: generan una alta tolerancia, por lo que pueden provocar adicción, y en cantidades inadecuadas o en combinación con otras sustancias tienen consecuencias graves sobre la salud de las personas.
Es por todo ello que se deben evitar como tratamiento de larga duración y tomarse solo de forma controlada, bajo prescripción médica.
Algunas marcas comerciales de benzodiacepinas de las que tal vez has oído hablar son Valium, Klonopin, Librium, Xanax, Halcion, Myolastan u Orfidax.
Tipos de benzodiacepinas
Podemos clasificar las benzodiacepinas según su vida media; es decir, la duración de sus efectos.
De vida o acción muy corta
Ejercen su efecto durante menos de 6 horas. En este grupo se encuentran el triazolam y el midazolam.
De vida o acción corta
Entre 6 y 12 horas. Algunos ejemplos son el alprazolam, el oxazepam y el temazepam.
De vida o acción intermedia
Benzodiazepinas como el lorazepam, el bromazepam o el flunitrazepam pertenecen a este grupo. Sus efectos duran de 12 a 24 horas.
De vida o acción prolongada
Son aquellas cuya influencia permanece durante más de 24 horas: diazepam, clonazepam, nitrazepam y clordiazepóxido, etc.
Usos de las benzodiacepinas
Además de por su tiempo de vida, también podemos agrupar las benzodiacepinas según los usos que se les dé.
Ansiolíticos
- Alivian los síntomas de la ansiedad (y combaten el insomnio cuando este es consecuencia de la anterior).
- Tranquilizan a la persona que tiene un ataque de pánico u otra urgencia psiquiátrica.
- Ayudan a devolver a la realidad a alguien que está sufriendo un episodio neurótico (de psicosis, por ejemplo).
Con este fin, entre otras, se usan: diazepam, alprazolam, clordiazepóxido, bromazepam, clonazepam, prazepam y lorazepam.
Hipnóticos
También llamados somníferos, cambian la arquitectura del sueño, por lo que se utilizan en pacientes con insomnio.
Cabe decir que, si bien consiguen que una persona se duerma antes y durante más tiempo, reducen el sueño profundo y alargan el ligero. Es por ello que no son sinónimo de descanso de calidad.
El flunitrazepam, el nitrazepam y el flurazepam son algunas de ellas.
Sedantes
Sobre todo se utilizan para tranquilizar a pacientes que van a enfrentarse a una operación quirúrgica, pero también a aquellos que experimentan demasiada angustia en la consulta del dentista, antes de someterse a un tratamiento odontológico.
El midazolam, el lorazepam y el diazepam pueden administrarse con este objetivo.
Anticonvulsivos
Muy útiles para tratar la epilepsia.
También pueden usarse para detener las convulsiones que son consecuencia de causas más puntuales: una intoxicación, fiebre muy alta o estar sufriendo el síndrome de abstinencia que provocan la adicción al alcohol o a los barbitúricos.
El diazepam y el lorazepam son algunas de las más comunes para esta aplicación.
Miorrelajantes
Para tratar los espasmos, el dolor muscular y la espasticidad que acompaña a ciertas lesiones y discapacidades.
El tetrazepam y el halazepam son ejemplos de miorrelajantes.
Uso recreativo
Pese a ser sustancias depresoras, las benzodiacepinas también se toman como droga recreativa, especialmente por los efectos que logra combinada con el alcohol. Esto la hace tremendamente peligrosa.
Como se suelen prescribir más de lo necesario, es fácil que cualquiera pueda acceder a ellas, incluidos adolescentes y jóvenes que pueden robarlas a familiares en tratamiento médico.
Efectos secundarios de la adicción a las benzodiacepinas
Al riesgo de sufrir una sobredosis o una intoxicación, hay que sumarle una serie de consecuencias desagradables a nivel mental y físico.
Efectos secundarios mentales
- Cambios en el carácter: pueden hacer que una persona se comporte de forma hostil, se irrite fácilmente o reaccione con agresividad.
- Trastornos del sueño: por ejemplo; insomnio, pesadillas muy realistas o sueños perturbadores.
- Disminución de las capacidades cognitivas: amnesia, confusión, dificultad para concentrarse, para aprender o para mantener la atención.
- Intolerancia a la frustración y al estrés cuando no se está bajo la influencia de benzodiazepinas. Cuando esto pasa, se ha empezado a desarrollar una adicción.
- Mayor riesgo de sufrir demencia senil y alzhéimer.
- Reacción paradójica. Es decir, se experimenta el efecto contrario al que se busca: ansiedad, por ejemplo.
Efectos secundarios físicos
- Somnolencia.
- Pérdida de agudeza visual.
- Pérdida de habilidades psicomotoras: efecto especialmente peligroso en las personas mayores, que se vuelven más propensas a sufrir caídas.
- Temblores.
- Debilidad.
- Vértigos.
- Dolor de cabeza, de pecho o de estómago.
- Sobredosis, que puede acabar en coma e incluso muerte.
Riesgos de la adicción a las benzodiacepinas: intoxicación y antídoto
El abuso de benzodiacepinas puede dar lugar a una intoxicación. Estos son sus síntomas más frecuentes:
- Problemas de coordinación.
- Tambaleo y dificultad para andar.
- Habla atropellada.
- Estupefacción.
- Dificultad para razonar.
- Coma.
Si te encuentras con un caso así, es muy importante que llames inmediatamente a urgencias y mantengas la cabeza fría para responder a las preguntas que te hará el equipo médico sobre la persona intoxicada: historial de trastornos, posibles adicciones, etc.
Una vez hayan llegado adonde se encuentra la víctima, lo primero que harán será asegurarse de que las vías respiratorias estén despejadas y mantener las constantes vitales.
Si la ingestión es muy reciente y lo consideran oportuno, pueden hacerle un lavado de estómago.
Y si tras realizar las pruebas pertinentes concluyen con que el paciente es apto, le darán un antídoto: Flumazenilo, un antagonista GABBA (el neurotransmisor de las benzodiacepinas) inyectable.
¿Cómo dejar las benzodiacepinas?: tratamiento de la adicción
No se puede dejar de consumir benzodiacepinas de golpe.
La manera adecuada es irlas sustituyendo de forma progresiva por otro medicamento sin potencial adictivo para disminuir el malestar que provoca el síndrome de abstinencia en lo posible.
A la vez, hay que tratar los problemas (los particulares de cada caso) que llevaron al paciente a la adicción.
Por eso, además de recibir apoyo farmacológico, es necesario que este haga terapia tanto individual como grupal, implicando en esta última a su familia.
A lo largo del tratamiento, se reeduca al adicto para que adquiera hábitos saludables, sepa hacer frente a las situaciones que le pongan en riesgo de volver a consumir, modifique su conducta y aprenda a gestionar sus emociones sin tener que recurrir a la droga.
Conclusión
Pese a ser medicamentos legales y beneficiosos para el tratamiento de muchas enfermedades, las benzodiacepinas tienen un gran potencial adictivo y no son en absoluto inocuas.
Bajo ningún concepto deben tomarse si no es por mandato médico; y aun así, es bueno saber que nunca es recomendable consumirlas durante periodos muy largos de tiempo.
Si tomas benzodiacepinas y tienes alguna duda sobre si tu consumo es adecuado, es muy importante que la aclares cuanto antes: ponte en contacto con nosotros y te responderemos cuanto antes.
¿Eras consciente de los peligros que comportan estas drogas?
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