Hay un gran problema con el cannabis que hace que a quienes lo consumen les cueste mucho dejar de fumar porros: la creencia errónea de que esta es una droga blanda que no genera adicción y está prácticamente exenta de peligro.
También se sabe que tiene algunas propiedades terapéuticas y continuamente se blande este argumento para justificar su consumo, pese a que su uso para tal fin es mínimo comparado el recreativo que se le da.
De lo que no se habla tanto es de la frecuencia con la que induce a episodios psicóticos, del síndrome amotivacional que genera y de los ataques de pánico y ansiedad que provoca; además de otras consecuencias nefastas para la salud y la calidad de vida de las personas.
¿Los porros provocan adicción?
Los porros de marihuana, kif o hachís (también llamado popularmente costo o chocolate) provienen de la planta del cannabis sativa: llamamos marihuana a las flores secas y sin procesar de la misma, mientras que el hachís se obtiene de la savia o resina y el kif o “polen de cannabis” es un procesado de marihuana más fino que el costo.
El cannabis tiene un compuesto psicotrópico llamado tetrahidrocannabinol (THC) que sobreestimula nuestro sistema endocannabinoide.
¿Qué es el THC?
El THC es el responsable de las sensaciones placenteras que se experimentan con estas drogas, pero también el culpable de que, a largo plazo, una persona pueda desarrollar síndrome de abstinencia cuando pasa unas horas sin sentir sus efectos.
El síndrome de abstinencia se da en el momento en el que bajan los niveles de THC que el cuerpo se ha acostumbrado a recibir. De esta forma, el fumador comienza a perder su libertad a la hora de decidir sobre su consumo y ya no fuma porros por placer, sino porque los necesita.
Esa necesidad tiene consecuencias en su salud y en su vida, pero incluso cuando estas se hagan muy evidentes el adicto puede seguir negando que tiene un problema o que los porros le estén perjudicando.
No olvidemos que si bien una de las características de la adicción es la tendencia a autoengañarse de quien la sufre, en el caso del cannabis hay que sumarle todos los mitos que contribuyen a subestimar sus riesgos.
Respecto a la adicción a los porros, hay que señalar un par de aspectos preocupantes más:
- La marihuana y el hachís suelen mezclarse con tabaco para fumarlos, lo que facilita que se desarrollen ambas adicciones.
- Cuanto antes empiece una persona a consumir una droga, más posibilidades hay de que su hábito derive en adicción. La edad media en la que se empieza a consumir porros está entre los 15 y los 17 años.
Síntomas de la adicción a los porros
Hay algunas señales que nos advierten de que el hábito de fumar porros ha pasado a ser una adicción.
Aparición del síndrome de abstinencia
Padecer una adicción implica sufrir este síndrome que, entre otras cosas, suele caracterizarse por:
- Necesidad de consumir de forma compulsiva
- Irritabilidad y mal carácter
- Taquicardias
- Exceso de sudoración
- Insomnio y pesadillas
- Pérdida del apetito
- Espasmos musculares
- Cambios de humor
- Caída de la presión arterial
- Diarrea
- Ansiedad
- Agresividad
Disminución de las capacidades cognitivas
Los fumadores habituales de cannabis suelen tener dificultades para concentrarse, pensar, aprender y recordar.
Síndrome amotivacional
El adicto a los porros se vuelve apático con el tiempo y está falto de energía, por lo que no hace ni siente ilusión por nada.
Fracaso escolar y problemas en el trabajo
Todas las adicciones afectan al rendimiento de las personas en su trabajo o estudios. Al ser esta droga tan accesible para los adolescentes, está muy relacionada con problemas con los estudios y jóvenes que condicionan para mal su futuro desde edades muy tempranas.
Abandono de otros intereses y de las relaciones personales
El adicto cada vez dedica más tiempo y recursos a conseguir y fumar la droga. Esto termina por alejarlo de aficiones, intereses e incluso de las personas que le importan: aquellos amigos con los que no suela consumir y familiares. Con estos últimos, además, serán frecuentes las discusiones por problemas relacionados con su adicción.
Desarrollo de tolerancia
La tolerancia aparece cuando el adicto debe fumar cada vez más para experimentar los mismos efectos placenteros.
¿Se puede dejar de fumar porros de golpe?
Cuando existe el hábito de fumar porros, pero todavía no se ha desarrollado la adicción, es posible dejar la marihuana o el hachís reduciendo su consumo de forma progresiva, siempre que las circunstancias personales del enfermo lo permitan. Es importante que la persona adicta reciba estímulos positivos y establezca nuevos hábitos saludables. De otro modo, si su vida es caótica o el entorno es nocivo, la tendencia será la evasión y en consecuencia, el consumo.
Sin embargo, alguien que ha desarrollado la adicción necesitará pedir ayuda a un equipo multidisciplinar para lograrlo. De este modo, podrá erradicar el consumo de forma segura y controlada.
Consejos para dejar de fumar porros
En primer lugar, debes tomar conciencia y dejar de autoengañarte: el cannabis es una droga y, como tal, implica riesgos y genera adicción. Una vez has asumido esta realidad, puedes ponerte manos a la obra.
1. Deshazte de todo lo necesario para fumar
Ceniceros, pipas, cachimbas, papel, etc. Si también eres adicto al tabaco y de momento no te ves capaz de dejarlo, mejor cómpralo en cigarrillos en lugar de para liar.
2. Evita las tentaciones
Deja de frecuentar lugares y compañías que asocias al consumo de porros. Aprovecha el momento para descubrir nuevos planes de ocio, reforzar lazos con familiares y retomar el contacto con otras amistades que tal vez habías dejado de lado.
3. Mantente activo
Practica algún deporte, sal a caminar… El ejercicio te mantendrá ocupado y, además de tu condición física, también mejorará tu ánimo. Te encontrarás tan bien y te sentirás tan orgulloso de ti mismo, que no querrás volver a sentirte como te sentías cuando fumabas porros.
4. Adquiere buenos hábitos
De sueño, de alimentación, etc. Unos buenos horarios sumados a prácticas saludables van a ayudarte mucho a salir de la espiral de apatía, pérdida de oportunidades y daño autoinfligido que suponen los porros.
5. Apóyate en los tuyos
Explícales a tus amigos y familiares que has decidido dejar de fumar porros. Hacerles partícipes de tu compromiso hará que te cueste más echarte atrás.
6. Pide ayuda profesional
La adicción es una enfermedad y cuando se padece debe ser tratada por profesionales de la salud. Ellos te guiarán, te darán las herramientas para sobrellevar mejor el proceso y con su ayuda multiplicarás tus posibilidades de éxito.
Beneficios de dejar de fumar porros
Sabiendo todas las consecuencias que acarrea hacerlo, seguro que puedes hacerte una idea de los beneficios de dejar de consumir hachís o marihuana.
1. Dejas de ser un esclavo
Vivir la vida es sumar experiencias. ¿No es triste que una adicción te prive de ellas? Cuando no dependes de los porros para estar bien ni estos ocupan tus pensamientos la mayor parte del día, puedes decidir qué hacer y, además, estar presente y vivir el momento.
2. Despiertas cuerpo y mente
Los porros te vuelven lento, apático, torpe. Al poco tiempo de dejarlos, te sentirás más ágil mentalmente y también tus movimientos serán más coordinados.
3. Disminuyes tus niveles de ansiedad
Aunque hay quien piensa que los porros son relajantes, realmente esa sensación es un engaño del THC interfiriendo en tu sistema nervioso. Lo cierto es que, a largo plazo, fumar porros favorece que la ansiedad aparezca sin necesidad de estímulos que la desencadenen; por no hablar del síndrome de abstinencia, los ataques de pánico y demás crisis nerviosas a las que induce el cannabis.
4. Tus relaciones personales mejoran
No solo porque la droga ya no te aísla de tus seres queridos, también porque evitarás muchos conflictos con ellos cuando no sufras ese síndrome de abstinencia que cambian tu humor y carácter.
5. Recuperas o descubres aficiones y otras actividades
Intereses que te provocan placer, te estimulan y no arruinan tu vida. Eso sí, date un tiempo, ya que al principio tal vez te cueste un poco volver a disfrutar con algo que no sea la droga. Ten paciencia, valdrá la pena.
6. Evitas riesgos para tu integridad física y psíquica
Depresión, insomnio, histeria, esquizofrenia y otros trastornos y enfermedades mentales graves por un lado.
Cáncer, bronquitis, disminución de la capacidad pulmonar y caer en adicciones a sustancias más dañinas por otro.
Por no hablar de los accidentes de todo tipo que puedes sufrir estando bajo la influencia de los porros…
Dejar el cannabis a tiempo es dejar de comprar papeletas para que te toque pasar por alguno de estos malos tragos.
7. Dejas de pagar por perjudicarte
¿Alguna vez te has parado a calcular cuánto dinero estás gastando en este hábito tan nocivo? Si no es así, hazlo y piensa en todas esas cosas no perjudiciales en las que podrás invertirlo una vez dejes los porros.
Conclusión
No vuelvas a subestimar los efectos nocivos del cannabis ni te dejes engañar por falsas creencias: consumir esta droga tiene consecuencias físicas, emocionales, psíquicas y sociales. Y sí, por supuesto y como sucede con otras sustancias, sus efectos pueden provocar adicción. Lo mejor es que no esperes a desarrollarla o que cortes radicalmente con ella si ya ha hecho acto de presencia.
Recuerda que toda dependencia puede superarse si se cuenta con un apoyo profesional y que el mejor momento para dejar los porros y vivir la vida de verdad, con motivación y salud, es hoy mismo.
Si tienes cualquier duda al respecto o quieres contarnos tu experiencia, ponte en contacto con nosotros o comparte lo que quieras en los comentarios.